Gastronomía y las edades del hombre, por Víctor Prieto Osés | ||
La gastronomía es el arte de preparar una buena
comida o, también, la afición a comer con gusto, dice el diccionario.
De ambas definiciones me centraré en la segunda y la desarrollaré
conforme a las edades del hombre, esto es, juventud, vejez y madurez. Los
jóvenes son temperamentales, precipitados y muy dados a las
satisfacciones inmediatas. Por eso gustan de comer de forma irregular -
ora mucho, ora poco - pues no dan importancia a la comida. Sin embargo,
les agradan los alimentos de preparación rápida y jugosa como
bocadillos, hamburguesas o
pizzas. Así, les vemos devorar bocadillos de chorizo, jamón o
tortilla. Ahora bien, el alimento preferido y elegido por la amplia
mayoría de los jóvenes son las chuches.
Estas consisten en productos como los bollycaos, panes de leche,
palmeras de chocolate, chupa-chups, patatas fritas, gominolas, donutts,
palomitas, helados, flases, caramelos, filipinos o pipas. Por
contra a la forma de ser de los jóvenes, los ancianos son juiciosos,
lentos y beneplácitos. Estos gustan de comer despacio, saboreando la
comida, pues no tienen prisa y, además, su dentadura no suele estar en
buen estado y tienen que masticar mucho.
Prefieren por eso purés de verduras y sopas, pues no cuesta
esfuerzo tragarlas. También les gustan los dulces, pues no tienen
acceso a otros placeres y disfrutan con pasteles y
bollos. Por último los maduros. Esta es una edad intermedia entre las dos anteriores, por eso los maduros no son ni fogosos ni tibios y buscan la moderación en todo - dice Aristóteles. Siendo de esta manera, los maduros aprecian en mucho la comida. Pues siendo todavía jóvenes para el disfrute y todavía no ancianos como para ser frenados por su debilidad, son gustosos de sabores, texturas y novedades culinarias. Los adultos apetecen de sabores tradicionales cocinados con mano sabia. De ahí los platos de garbanzos, alubias, habas, lentejas, cardo. Platos sencillos pero que se reclaman por aportar un entrañable sabor rural y familiar. Gustan también de mezclar sabores y de utilizar como ingredientes de los platos sabores puros. Ambas cosas se consiguen con la utilización de las especias. De ahí el interés por la mostaza, el clavo, la pimienta, el azafrán, etc. Pero
en la gastronomía de los adultos no todo es comer. Está también el
reunirse con la familia o con los amigos en torno a la mesa. Así, comer
también es un ritual social donde se comentan novedades, se emiten
opiniones en torno a asuntos familiares, o se celebra algún
acontecimiento importante, como un bautizo, un cumpleaños, o el haber
encontrado, el hijo mayor, trabajo. La gastronomía recorre todas las edades. Su esplendor lo alcanza cuando la persona es madura, pues a esa edad se está en condiciones optimas para degustar. Arte creado sobre la necesidad de la comida, ha sido alabado por los buenos conocedores de todos los tiempos, desde Eurípides hasta Machado. Aprovechemos, pues, las bendiciones de la buena comida y séanos grato el degustar sabores texturas que nos alegren la vida.
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